¿En qué consiste básicamente?

Hablar de las nuevas constelaciones es hablar de una forma más filosófica a las personas, pues implica la capacidad de amar y decir sí a la vida tal como es. Desde la infancia, los seres humanos establecen relaciones a través de fuerzas de pertenencia, es decir, una disposición incondicional que cada nuevo integrante de la familia posee y que lo llevará a ser absolutamente leal a todo lo que su querido sistema familiar transmite.

Una profunda tristeza, un dolor, una culpa que no ha sido asumida por algún ancestro, el nuevo integrante lo llevará en su vida, provocando que las historias se repitan en las generaciones anteriores, atrapando tanto a los nuevos como a los anteriores integrantes del sistema familiar. Por lo tanto, cada desorden familiar o intrincación, el nuevo integrante lo llevará en su vida alejado de la plenitud, sin paz, sin reconciliación y sin éxitos.

Un determinado integrante de la familia representará ese conflicto, el síntoma o la enfermedad o lo que esté viviendo en su momento. Es aquí donde comienza a desarrollarse toda la escena con los demás integrantes, pues todo lo que está unido al destino presente del consultante, los conflictos que vive, tienen una respuesta que procede del pasado y de los vínculos que causaron el problema.

Para conocer estas sanadoras experiencias, hay que involucrarse y vivirlas, lo que permitirá que haya un antes y un después, y que los hermosos cambios desciendan como un regalo para todos. El vacío creador que todo lo mueve y su benevolencia reconciliadora nos sintoniza con la fuerza de la vida.

Las constelaciones aportan, principalmente, bienestar en la vida de las personas. La filosofía de Bert Hellinger y la terapia sobre constelaciones familiares nos entregan una enorme sabiduría, pues nos conectan con una fuerza superior, una apertura de la conciencia a la realidad fenomenológica de los sufrimientos de los participantes, lo que nos lleva a descubrir las dinámicas sistémicas transgeneracionales profundas (lo fenomenológico) que provocan los sufrimientos de los seres humanos.

El deseo de Bert Hellinger era transmitir sus conocimientos sobre la herencia familiar, el amor, la felicidad, la paz, la salud y el éxito en los distintos campos de la vida. Su anhelo es que las nuevas constelaciones familiares, basadas en la sintonía con la vida como es y la entrega del terapeuta a algo más grande, expandan su ámbito de sanación, pacificación y crecimiento.

Una vez que la persona honra con gratitud el pasado y se despide de él, poco a poco podrá observar los cambios en su vida.

La nueva comprensión que ha vivido le ayudará cada vez más a ver la existencia con una filosofía de vida diferente. Para lograrlo, necesitamos abrirnos al campo de las muchas posibilidades, entregados a su fuerza superior de energía y diciendo SÍ a una mirada transformadora, lo que permitirá que la vida actúe en nosotros. 

LA VIDA ES PARA VIVIRLA.